"El hombre de acero", que no de hojalata.



El viernes pasado se estrenó en España "El hombre de acero", y tuvimos la suerte de que Russel Crowe se pasara por nuestro país para promocionarla. 

Entre otras cosas contó en el Hormiguero una anécdota sobre cuando rodó "Prueba de vida" en un internado.


Aprovechando la oportunidad, un joven con aspiraciones artísticas, se acercó y le realizó muchas preguntas sobre la profesión a su ídolo. La forma en que formuló las preguntas o el interés que mostró al escuchar las respuestas, hizo que Russel se acordara de él y le enviara un paquetito cuando terminó el rodaje con, entre otras cosas, una foto que decía:

“Querido Henry, un viaje de mil millas empieza por un solo paso.”

Durante años, Henry fue a multitud de audiciones y cuando no le cogían o tenía ganas de tirar la toalla, se iba a su cuarto, cogía la foto, la miraba y decía: “lo puedo hacer mejor”. 


Un día en el gimnasio, después de estar tres meses entrenando con un chaval de ojos azueles que iba a hacer de Superman en “El hombre de acero”, le preguntó si se conocían de antes. Él sonrió y mirandole a los ojos le dijo que él era Henry,  que gracias a él y a sus palabras, había logrado su objetivo, y que no le podía hacer más ilusión que fuera con él, con quien rodara su primer gran largometraje.



Cuando, me contaron esta historia, me gustó por dos razones: la primera por el poder de la palabra, y la segunda por la importancia de perseguir un sueño. 

 Creo que no somos conscientes de la importancia que tienen cada una de las cosas que decimos para las personas que nos escuchan. Sólo en momentos así o cuando nos citan de forma indirecta, poniendo nuestras palabras en su boca o cuando nos recuerdan algo que dijimos que les marcó de algún modo, nos percatamos de su verdadero poder.
Si supiéramos el peso de ellas trataríamos de usarlas con el mimo y el cuidado que merecen. Porque del mismo modo que las palabras de Crowe animaron al joven Henry, podrían haberle desalentado, paralizando su potencial para siempre.

¿y qué hubiera pasado si la primera vez que le rechazaron en una audición hubiese tirado la toalla? Nunca habría logrado su sueño, aunque creo que ni por asomo podría haberse imaginado haber llegado tan lejos cuando estaba en aquel internado.

Gracias a Sr Interrogante, que fue quien me informó de la entrevista y a la anecdota que colgó en su página de FB de su blog de cine, muy muy recomendable por cierto, fuí consciente del factor suerte y la necesidad de fe y esperanza para alcanzar los sueños.
Por lo visto cuando Henry recibió la llamada para confirmarle que le habían dado el papel de Superman, estaba jugando a un juego de rol online y no paró la partida (ni miró quién le llamaba) para cogerlo porque por su cabeza no pasaba ni la posibilidad de ser el nuevo "Hombre de acero". 

Lo más curioso no fué que estuviera jugando, si no que le volvieron a llamar y que por lo tanto, aún quede esperanza para todos.

¿y tú qué estás haciendo por tus sueños?


4 comentarios:

  1. Muchas veces me he planteado eso mismo, la repercusión que una frase que digas a alguien pueda tener en su futuro.

    Me gustó la anécdota, es de esas que te hacen dibujar una sonrisa. Al final la constancia es la que te lleva a alcanzar la meta.

    En cuanto a tu pregunta final creo que necesito varios días para pensarla.

    Abrazos.

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  2. Hace mil años alguien adivinó parte de mi futuro... y aunque entonces no le di importancia, esas palabras se quedaron en mi cabeza... Y ahora que se volvieron realidad, me preguntó si fue una señal para evitar lo que está pasando y yo no supe verlo...

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  3. Creo que por muy conscientes que seamos del poder de las palabras, creo que nunca podremos serlo de su alcance. Seguro que Russel Crowe tampoco podía imaginarse de ningún modo lo que estas acabarían haciendo.

    Un abrazo!

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  4. Eres dueño de los que haces y dices, no de lo que los demás interpretan de ello. Con esto quiero decir que, si bien todo empezó con una frase, no hay que olvidar que Henry (por ser familiares) lucho con la vista puesta en su futuro.

    Nos apoyamos en los demás para llegar a donde queremos, pero siempre somos nosotros los responsables del éxito o el fracaso.

    Cuídate.

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