#20 una balada de otoño.




Hace tiempo se fue el verano, 
y hace poco llegó el otoño.

Tenemos que darnos prisa en darnos cuenta de su venida, ya que cuando queramos ser conscientes de su llegada, ya será invierno. Hoy paseando por el Campus, he visto como alguien había hecho su trabajo, y se había llevado consigo el color amarillo, ocre y verde de los caminos, borrando las hojas desprendidas de los árboles, dejando un paisaje algo más triste que de costumbre. 


Cada vez quedan menos hojas en los árboles, lo que indica que se está terminando su temporada, y con ella llegará la sinrazón ( o con razón) de los árboles desnudos, enfrentándose al frío, cuerpo a cuerpo, sin más coraza que su corteza. 

Disfrutemos de esta estación antes de que aparezca el siguiente personaje anual, que traerá consigo otros paisajes y otras reflexiones, pero que no tendrán ni el color (ni el sabor tampoco, Don Enrique), que tiene el otoño. 

Salgamos a caminar sobre las hojas que aún permanecen en el suelo de nuestra ciudad. Salgamos a respirar ese aire de melancolía y fuerza a la vez que arranca e impulsa las hojas para llevarlas a un lugar diferente, posiblemente mejor que el que hoy ocupan.
Yo eso voy a hacer, quizás no a caminar, si no a correr, necesito que a mi también el viento me arranque y me impulse, aunque no sepa muy bien a dónde.

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